Son los ojos de la edad cansados

Son los ojos de la edad

cansados, espejos resquebrajados

que reflejan su luz apagada.

Se miran los ojos de la pasión olvidada,

se tocan los labios reencontrados

en un verso, ya terminó su búsqueda

y su contento, a tanto esfuerzo conseguidos.

Son los ojos de la edad cansado,

espejo del amor enamorado.

Lo natural

Era la noche callada,

parlanchina que no se callaba,

el día con su Sol soleaba

la grandiosa mar salada.

Era espejo que reflejaba

la nube en el cielo flotada,

desde la tierra divisada

la nube que el viento empujaba.

Era la Tierra llorada,

al ser humano culpaba

por estar contaminada,

por su naturaleza des-animalada.

Era el animal que marchaba

en su onda mirada,

era el ser humano animal que mataba,

era una muerte humanada.

Mientras me quede aliento

Mientras me quede aliento

en mi cuerpo y me lleve el viento

a rozar tus labios con los míos,

yo fluiré como los ríos

que van su vida a acabar

al ancho y largo mar.

Mientras me quede aliento

amada mía yo te querré,

divisaremos el firmamento

y yo te enseñaré a amar,

a ver en tu interior

la estrella que yo quiero

con adoración y amor.

Del camino en la flor

Nuestro atardecer, aquel que cogimos

como propio, el tiempo que no es de nadie,

avanzar por el camino, antónimo

de olvidar, traspié al igualarte.

La flor bella del campo

por donde ando,

los animales, 

los arboles

y las flores.

Sepultura

Alegría a la muerte,

llanto a la vida,

desenterrar los difuntos

y enterrar a los vivientes.

Inundar de risas

el ataúd donde yazgo

despierto y soñando,

secar del rostro las lágrimas

y mostrar la debilidad de ser fuerte,

ante la muerte, vivos,

y ante la vida, muertos.

Esperanza desesperanzada

Encontrarme, abandonarme,

vivirme y matarme,

esperanza desesperanzada

que dio luz a mi vida,

fuego regenerador,

desamor de amor.

¿Por qué me dejaste?

¿Qué hago yo?

¿Alguna vez me amaste?

El vagabundo II

Pudiera arrancar señora

de sus raíces mi vida,
procurarme un techo

y comida, no es por pedirte

pues tengo los bolsillos llenos

de ilusiones y alegría, de dinero

el saco lleno y en tu cara

reflejada mi melancolía,

pues tengo lo que pedía,

no me hace falta cobijo ni alimentos.

El vagabundo

De rico vive el pobre

y muere en su casón,

vive del hambre

de las tripas a los huesos.

Empachado e insatisfecho,

hambriento y comilón,

podría salir del pecho

el gesto del corazón.