Era la noche callada,
parlanchina que no se callaba,
el día con su Sol soleaba
la grandiosa mar salada.
Era espejo que reflejaba
la nube en el cielo flotada,
desde la tierra divisada
la nube que el viento empujaba.
Era la Tierra llorada,
al ser humano culpaba
por estar contaminada,
por su naturaleza des-animalada.
Era el animal que marchaba
en su onda mirada,
era el ser humano animal que mataba,
era una muerte humanada.
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