La escritura requiere enorme brío,
un esfuerzo incansable con la mente
y con la pluma que aprendiendo siente
mayor facilidad al desafío.
El reto de escribir con poderío,
algo dificultoso en el presente
pero con mi cerebro competente
lo lograré, lo haré sin desconfío.
Creyendo en mí sin importar que digan
las malas lenguas que en el mundo existen,
aunque sin agortarse me persigan.
Pues quienes no abandonan y persisten
en su escritura triunfan, y castigan
con sus letras las lenguas que resisten.
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