Es del tiempo el valor envejecido
que sólo el éxtasis lo agranda al año,
es de amor corazón agradecido,
es héroe errático del llanto engaño.
Cálido sentimiento engrandecido
con besos encendidos de tus labios,
cántaselo al oído ensordecido,
abrázala y no abuses de sus besos.
Cuídala en su aposento de la noche,
ella sueña florido canto estrella
que la eleve a los cielos cada anoche,
divisándome allí admirando bella.
Con mi velar la noche y su hermosura,
de la clara Luna al rostro y sus ojos
de su pupila al espejo en dulzura,
de la laguna, la lágrima y enojos.
A las alas del amor, muy contento
un Sol, ídolo de la luz y oscuro
despertar, iluminará al atento
que sepa de su hermosura encontrar
un verso, una estrofa y al alma alentar.
Pues si bien de la gloriosa mirada
de nubes, sonrisa de mar y playa,
pudiera escuchar la revoloteada
donde juntas en apena una raya
se besan cielo y mar, ¿de la montaña
al dulce seno la vida causar
podrá, su cueva ermitaña y la mar
se abrirá? Logró la bendita hazaña
de la grandiosidad de la alegría.
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