Digo hola a todo aquel
que este ahí fuera,
digo todo lo que él
no se atreve a decir,
lo que de forma duradera
le hace sufrir,
soy su segunda persona,
esa que menciono
en División Personal,
que de malo a hecho él,
cuanto os ha querido,
yo he sido testigo
de todas sus desgracias,
sus pequeños momentos
de felicidad que no duraron,
de sus dolores, de sus amores,
de sus depresiones,
de sus pensamientos suicidas,
de sus reflexiones
sobre la muerte y la vida,
de su decaimiento hacia
la tercera persona,
que de forma descontrolada
le domina, le ata las manos,
le obliga a mirar su lado
oscuro, hay entro yo
en el juego ofreciéndole
algo en que agarrarse,
algo en que sostenerse,
así estoy en constante
lucha con la tercera persona.
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