Todo parece menos dañino,
aquí adentro, protegido
del exterior, de los amores dañinos,
aunque esto es algo, mi mente
ya barajaba la posibilidad
de volverse loca, de
no encontrar amor
alguno en donde quedarme,
que ninguna chica me
quiere, que solo puedo
ser feliz en mi mente,
en mi mundo,
porque hay puedo
quereros como ningún otro lo ha hecho,
puedo besaros, cosa que no había hecho
antes pero claro, eso esta en mi cabeza,
en mi mente cada vez más de loco,
he llegado a pensar de todo,
en mataros y matarme
pero ninguna de las dos
cosas era lo que buscaba,
así que seguí pensando,
e incluso me llegué
a enamorar de una muerta,
una de mis poetizas favoritas
que al igual que yo sabía lo
que era el dolor desgarrador,
Alejandra Pizarnik,
que se mató tras varios
intentos de suicidio,
le pasaba lo mismo que a mí,
era muy sensible
en temas del corazón,
tampoco encontraba
quien la quisiese,
el dolor formaba parte de ella
y de mí también,
la misma historia algo cambiada,
desde el momento de mi muerte
lo único que he hecho es sufrir,
hace diez años de eso,
la muerte se supone
que es el final de los sentires,
antes de lo que me pasó
yo era el más feliz del mundo,
desde entonces no me ha quedado
otra que hacer como si el dolor
formase parte de mí,
para que no me acabase destruyendo,
la primera vez que me entro
la depresión por esto, el amor,
fue la más mala, casi me mato,
yo estaba solo, en casa de mi tía,
me encerré en mi cuarto a llorar
y pasado un rato salí de él,
me dirigí hacia la cocina,
cogí un cuchillo de sierra
con el mango de madera,
me lo puse sobre las venas
a la altura de la muñeca
y me quedé pensando:
De que me serviría matarme,
ya dará un cambio mi vida.
Por desgracia para mi
eso no pasaría,
sino que el dolor se haría mucho más
intenso con los años y más fulminante,
pocos aguantarían lo que yo,
fortalecí mi cuerpo y mente
sabiendo que llegaría este momento,
para demorarlo, que llegase lo más
lejano posible, para aguantar mucho
mejor el dolor, del amor,
¿ Qué esperanza hay en esta desesperanza ?
Es una pregunta que me hago muchas veces,
aunque muy pocas veces
he llegado a rozar esa felicidad,
cada vez que estoy a un paso
de ser feliz hay algo que lo impide
y hace que vuelva al principio.
Que infelicidad la mía,
también había pensado
irme al prostíbulo,
pero lo único que conseguiría con eso
sería sentirme más mal aún,
dado que no es lo que busco
y sería un recordatorio
de mi decadente estado,
quiero quereros y ser querido.
No pido nada más,
para que por fin pueda escribiros
y que sirva para algo,
porque es lo que soy y he sido,
nada más que palabras.
No pido nada más,
para que por fin pueda escribiros
y que sirva para algo,
porque es lo que soy y he sido,
nada más que palabras.
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