Todos morimos un poquito cada día,
nadie se salva de la caricia de la muerte,
es la única amiga fiel
que siempre nos acompaña,
esta presente cuando nacemos
y nunca nos suelta de su mano,
no hay que considerar a la muerte
como un enemigo sino como un aliado.
Eso jamás lo he dudado
y espero ese beso tan ansiado sentir,
cuando de su mano me lleve,
hay una cosa que me da miedo
que me asusta,
morirme solo y sentir
que nadie me ha querido nunca.
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