Escribir de Soles moribundos,
escribir de los tan ansiado mundos
que descubrir, escribir para no morir
y morir sólo al escribir.
Escribir un verso dormido
en tus labios, al rocío
de la mañana, al despertar soñando.
Escribir sólo y únicamente
para ti, con palabras
propias de un demente,
que sueña y del sueño no despierta
al ser mejor que la realidad ésta.
Fantaseando, imaginando,
escribiendo y renombrando,
nuevas formas de amar,
querer, enamorar y besar.