Sueña el sueño en sus lucientes estrellas,
sueña con el besar los labios, amo
lo que no poseo y al cielo clamo
las palabras dichas, preciosas bellas.
Al andar dejaran ya grandes huellas
en mí, de su inmensidad yo te llamo
y escuches el poema que declamo,
escrito para preciosas doncellas.
A las cuales no falta la belleza
ni tampoco la gran inteligencia,
con ricos grandes labios de cereza.
Pues de todo se ha de tener conciencia
aparte de mostrada sutileza,
y todo aprender de la gran vivencia.
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