Corazón temeroso acuda el miedo
de la sagrada confesión de amor,
le digo que mantenga con honor
la compostura. No se meta enredo
hasta que del extraño centro escuche
responder los latidos de amorosas
llamas, que son anhelos las hermosas
mujeres. Y comiéndome una chuche
te digo que mi búsqueda jamás
se acaba por muy largo que el camino
sea. Alegre sentir que encontrarás
mujer que adore a un tímido poeta
con sus defectos y virtudes, sino
fuerte el llanto enemigo me arremeta.
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