Sin amor una vida carece de sentido,
que se encuentra escondido en la oscura partida
que jugamos con ruido anoche de prohibida
llama ardiente prendida del cuerpo sacudido.
Compañera acogida en un fuerte latido
del corazón movido por la figura incluida
adentro de Cupido, que me gusta dormida
en la cama tendida atenta a lo cumplido.
Más me vale sentirme bien viviendo prendado
que nunca haber amado y con ello morirme.
Una noche al dormirme pedí al cielo estrellado
para poder lucirme un soneto dictado
que me había encontrado dentro por divertirme,
por último fundirme contigo y lo anhelado.
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