El jubiloso ser que soy viviendo
se desvive sin lógica entendiendo
mi corazón guerrero y luchador,
que va corriendo hacía el puro amor.
Pasa huyendo mi vida por mis ojos
a tu imagen radiante y sus antojos
de amar, que estoy cumpliendo con ternura
el mandamiento que promete y jura.
Tu cuerpo, su figura que se muestra
tímida a la pupila de siniestra
melodía viviente que la mira.
No hace falta decir de quien te admira
que te quiere muchísimo y lo sabes,
con mi desilusión de vida acabes.
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