Estoy como un espíritu en tristeza
constante dirigido a la desgracia
con tal habilidad y diplomacia,
que solamente pido con dureza
alguna chica que ame con certeza.
A un chico que desea con audacia
ser querido y pedir con eficacia
un intento al amor con gran belleza.
Pero indudablemente no consigo
ni un desdichado beso, ni una cita,
ni nada que parezca algún castigo
con la frase de solo eres mi amigo.
Mi suerte da la pena, igual me evita
a toda costa una mujer que sigo.
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