Podría redactar en estos versos
mis sentimientos puros y sencillos
que al corazón golpea con martillos,
fuertemente padezco con pasión
la enfermedad de amor de los perversos.
Que se aman como dos enamorados
las almas encontradas de admirados
corazones que sienten devoción.
Así nos pretendemos dulcemente
con tal veracidad que atemoriza
al más valiente, y sigue con querer
besar los labios bellos de repente.
Vuestro torso en mi cuerpo finaliza
su jornada rendida en su placer.
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