Qué decir de los padres bondadosos
que permiten hacerlo todo cuanto
se quiere y da la gana, incluso el canto
desafinado en días con lluviosos
truenos y de relámpagos chisposos.
El que sabe calmar terrible llanto
con acuerdo de amor que da de un santo,
y secar la pupila de animosos
ojos que miran mundo de bondad.
Los días que pasaron en mi infancia
cogiéndome la mano en amistad,
un signo que mostrabas con constancia.
Siendo el mayor recuerdo la verdad
incluso a mi pesar en la distancia.
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