Mi bella y hermosa niña con los años
se vuelve mujercita, ¡qué momento
más alegre! Mi cara de contento
lo dice todo al verte ya mayor,
lágrimas recorriendo de alegría
emergen y caían desplomadas
al echar el vistazo en las pisadas
que dejamos aún de eterno amor.
Pues te debo dejar salir del nido
para que crezcas fuerte y sin problema,
aunque no quieras pero subsistir
debes. Y te aseguro que he acogido
esta escritura mía en un poema
con tus dorados días al vivir.
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